Era elemental, claro
Allá por 1993 escribí una novelita protagonizada por Sherlock Holmes bajo el título de La sabiduría de los muertos. Era, en realidad, una novela corta casi en la frontera de la novela completa, unas 45.000 palabras. Se escribió (el reflexivo es deliberado, porque a veces, en efecto, tengo la sensación de que se escribió sola