Supongo que como mucha otra gente, cuando me entra la pereza y no quiero seguir currando y me da por procastinar no me dedico a tocarme las narices, sino que sigo trabajando (a veces con más intensidad), solo que en una actividad no productiva en términos ecónomicos.

Últimamente me ha dado por hacer restauraciones de las portadas de los tebeos de Superman de Novaro que tengo (unos pocos en papel, la mayoría en digital). Bien porque el ejemplar físico (mío o de otra persona) del que se escaneó la portada no estuviera en muy buen estado o bien porque se escaneó a una calidad/resolución ridícula. En el primer caso, y si el destrozo no es muy grande, intento arreglar la imagen deteriorada: es cuestión de tiempo, paciencia, mucho tampón de clonar y, en los últimos tiempos, la herramienta de relleno generativo de Photoshop que, si bien a veces produce resultados escandalosa e hilarantemente incorrectos, en general ahorra un montón de trabajo.

Cuando la imagen está demasiado deteriorada o su resolución es tan baja que no hay manera de conseguir un resultado decente reescalándola pruebo a ver si alguien más ha escaneado esa cubierta y la ha subido a la red. Y si no es así, voy a por el original gringo del que parte mi ejemplar de Novaro. Gracias a las buenas labores de un montón de gente (sobre todo de Mariano Bayona, sin duda el principal coleccionista de Superman de este país, cuya web es un tesoro de información) tengo la correspondencia entre lo publicado por Novaro y el original de DC Comics. Y a menudo es mucho más fácil dar con un escaneado decente de ese original que uno de la versión de Novaro.

Así que lo uso como base, como lienzo, sobre el que reconstruir la portada de la edición mexicana. Os pongo un par casos, con diferentes niveles de complejidad.

El primero, el Superman 2 de Novaro, que corresponde a Superman 74 de la serie original:

Y en segundo lugar el Superman de Novaro 560, que corresponde a Adventure Comics 336, protagonizado por Superboy y la Legión de Superhéroes, como era normal en esa época:

Y, por superesto el elegido como imagen de portada de este post, el Superman 909 de Novaro correspondiente a Adventure Comics 411, cabecera que la Legión había abandonado cuando se le concedió título propio y se convirtió en hogar de Supergirl… a la que en México llamaban Superniña, por cierto.

Como veis son más reconstrucciones que restauraciones y distan mucho de ser perfectas: no siempre encuentro los tipos de letra adecuados y tengo que conformarme con otros que se les parezcan o resulten compatibles. No es, desde luego, un trabajo profesional ni pretende serlo; simplemente me da unas horas de disfrute cuando me saturo de otras actividades y el resultado me resulta lo bastante satisfactorio para seguir haciéndolo.

¿Hasta cuándo?

Pues hasta que me canse o me aburra (ambos, por lo general) y surja una nueva cosa que llame mi atención, algo que puede suceder mañana… o nunca.

Esta tarde me he enfrentado a una tesitura muy curiosa. Estaba poniéndome con los primeros números de Novaro, que suelen ser los que peor calidad de cubierta tienen. El 1 y el 2 habían sido fáciles y al llegar al 3 me encontré con algo curioso. La cubierta no era la imagen de portada del correspondiente gringo (Action Comics 161) sino una viñeta del interior ampliada. Y era una pena, porque la portada original era bastante bonita.

Podría haber buscado esa misma viñeta en un original estadounidense escaneado: no habría sido imposible que diese con ella. En su lugar preferí hacer otra cosa: crear la portada que ese número tuvo en Tierra-2, un universo alternativo en el que Novaro sí que usó la cubierta de Action 161 para su número 3 de Supermán:

Así que he hecho un «What if?» con una portada de Supermán, tal cual. Por si alguien se pregunta por qué he traducido el «Exit Superman» de la portada de Action por un «La partida de Supermán», básicamente se debe a que ese es el título que tiene la historia en el interior del tebeo, cosa que he respetado. También he intentado en los otros textos y el bocadillo de Lois… perdón, de Luisa, respetar la forma de expresarse que tenían esos cómics.

Así que ya veis con qué me divierto cuando amenaza el aburrimiento, en lugar de matar moscas con el rabo, como dicen que hace el diablo.

Nos leemos.