
Es una cuestión que me surge de vez en cuando en comentarios que veo de lectores o en preguntas que me hacen directamente o en intervenciones en las RRSS. La última ha sido recientemente y de un modo y en un tono un tanto lamentable, pero sobre eso prefiero correr un tupido velo y limitarme a lo que es de interés.
Sé que hay lectores que piensan que me tomé demasiadas libertades en mi traducción del Conan de Robert E. Howard, especialmente en lo que se refiere a los topónimos, pero también la traducción de los poemas capitulares y incluso en el título de algún relato.
Me gustaría, con tranquilidad y sin crispaciones, exponer mi punto de vista al respecto. Luego ya, que cada uno tome la decisión que prefiera.
LOS TOPÓNIMOS
Soy (y era) consciente de que mi decisión de adaptar algunos topónimos de la Era Hibórea a la reglas de pronunciación del castellano iba a ser discutida. Y no tengo problemas en que se discuta, en que se discrepe o en que se encuentre inapropiada esa adaptación.
No hace falta decir que creo que no lo es, pero me gustaría explicar por qué.
Al inventar determinados nombres. Howard estaba siguiendo las «reglas1» fonéticas del inglés y me pareció lógico, en una edición en castellano, seguir en esos casos las reglas del castellano. Por eso, por ejemplo «Ophir» se convierte en «Ofir». No soy sistemático en ese sentido, es cierto, pero a veces ser demasiado sistemático conduce a resultados desastrosos, como convertir el país de «Koth» en «Coz», algo que habría resultado ridículo.
En cualquier caso, como he dicho, acepto que mis decisiones en cuanto a la traducción de los topónimos son, como todas, discutibles….
Al menos de aquellos inventados por Howard.
No acepto sin embargo que sea discutible traducir los términos preexistentes y que Howard se limita a usar sin cambiarlos por su equivalente en castellano si este existe. «Cimmeria» y «Cimmerian» son términos que Howard no inventa, solo los toma y los usa2. Y ambos tienen, desde mucho antes de que Howard naciese, una traducción aceptada al castellano: «Cimeria» y «cimerio», con una sola «m». Lo lógico (y cualquier traductor os lo dirá) es usar esos términos.
Algo que, por cierto, ni siquiera he sido el único en hacer. La edición de 1972 de los relatos de Conan hecha por Bruguera ya traducía así ambas palabras, igual que las traduce la más reciente recopilación de relatos de Conan publicada por Cátedra en su colección Letras Populares.

Así que no, con «Cimeria» y «cimerio» no acepto discusión. Están bien traducidos. Punto. Fin de la cuestión.
Y si alguien no puede aceptarlo así, lo siento por su nostalgia. Es su problema, no el mío.
LOS POEMAS
Era consciente, cuando me puse a traducir los poemas capitulares de «La reina de la costa negra», de que me estaba alejando en exceso (en lo formal, pero nunca en el contenido) del original. De ahí que en los apéndices del libro ofreciera la versión en inglés de esos poemas y una traducción en prosa más cercana.
De todos modos sigo pensando que el modo en que traduzco la poesía es la forma correcta de traducirla: recreándola. Y eso fue lo que hice: mis poemas tratan lo mismos temas y de un modo similar a los poemas originales, simplemente lo hacen en estrofas distintas y con una métrica diferente.
Es mi opinión y, por supuesto, es discutible. Y precisamente porque sabía que podía ser discutible ofrecí en los apéndices una traducción en prosa más cercana en la forma al original.
LOS TÍTULOS
La polémica surgió por dos relatos, «Black Colossus» y «Rogues in the House».
Traduje el primero como «Natohk el velado» y desde ya mismo reconozco que fue un error. Por algún motivo pensaba que ese era el título que Howard le había dado y que había sido cosa del editor cambiárselo. En cuanto me di cuenta del error, retitulé el relato como «Coloso negro» y en las siguientes reimpresiones de mi Conan salió con el título correcto.
Pido perdón a los lectores de la primera edición por ese error, por otro lado.
Sin embargo mantengo que «Hatajo de rufianes» no solo es una traducción perfectamente válida y adecuada para «Rogues in the House» sino que refleja mucho mejor el tema y contenido del relato que ese «Villanos en la casa» que se usa normalmente.
Esto, tal como me ha hecho ver el usuario de Facebook Miguel Ángel Wolfville, sin duda necesita una explicacion más detallada. Hela aquí:
Hay un momento donde Nabonidus, al ver la situacion y de quién está rodeado dice:
“Well, then, we are all rogues together,” agreed Nabonidus equably. “And what now? My life?”
que en mi traducción es:
—Vaya, vaya, parece que somos un hatajo de rufianes —concedió Nabonidus con ecuanimidad—. Y ahora, ¿qué? ¿Mi vida?
Eso me llevó, tras pensarlo un rato, a elegir esa frase hecha, «hatajo de rufianes», como traducción del título, ya que refleja perfectamente la situación (de todos los que participan allí, el único que no es un rufián es el simio). En su momento, además, estaba convencido de que «rogues in the house» era una frase hecha anterior a Howard, por lo que me parecía oportuno usar también en el título en castellano otra frase hecha.
Ahí confieso que me he colado. Tras una búsqueda no he encontrado el menor indicio de que sea así, por lo que lo más probable es que la expresión fuese acuñada por Howard. Confieso sin embargo, que la expresión del original me suena a frase hecha, de todos modos. Pensamiento tremendamente subjetivo, claro.
Así que tengo que reconocer que posiblemente «Rufianes en casa» sea más fiel al título original que «Hatajo de rufianes» y que, en ese sentido, quizá me colé y se me fue la mano.
Como de todos modos sigo creyendo que «Hatajo de rufianes» refleja mejor lo que pasa en el relato, mantendré el título.
¿Puedo estar equivocado? Puedo.
Pero mientras no me demuestren que lo estoy, seguiré pensando lo que acabo de decir.
NO PENSABA HABLAR DE ESTO, PERO…
Hace poco se me ha acusado de cambiar a Howard al traducirlo para ajustarlo a mi terrible ideología woke comunista bolivariana o algo parecido. He explicado más arriba los cambios realizados y, pueden gustar más o menos, o incluso pueden ser un error, pero en todo caso han sido siempre decisiones literarias.
De haber sido culpable de la acusación habría suavizado el contenido racista del relato «El valle de las mujeres perdidas», cosa que no hice, como puede constatar cualquiera que lea el relato y lo coteje con el original.
Y al parecer a algunas personas les molesta que haya dicho en público que Howard era racista.
Lamento el resquemor, pero lo era. Era un señor blanco texano de principios del siglo XX. Por supuesto que era racista. Decir eso no implica valorar menos a Howard como autor3, solo no cerrar los ojos ante ciertas actitudes.
Por otro lado, y esto lo he repetido miles de veces, era mucho menos racista de lo que podía esperarse teniendo en cuenta la época y el lugar. Y su actitud hacia otras razas fue evolucionando con el tiempo, desde el supremacismo blanco puro y duro de su adolescencia, a una visión bastante menos extrema y más acertada4.
Si pese a eso alguien sigue creyendo que he publicado Conan (o que he escrito una novela de Conan) solo para pervertirlo y convertirlo en una suerte de bárbaro feminista woke inclusivo que usa la terminación «e» y les pregunta el pronombre a sus enemigos antes de matarlos, eso sí, con toda cortesía bárbara… bueno, no hay mucho que pueda decir, salvo que evidentemente esas personas no han leído ni mi traducción ni mi novela, y que, por supuesto, no las leerán porque entonces tendrían que reconocer cuán llena de mierda tienen la cabeza.
PARA ACABAR
En todo caso, he aquí las explicaciones de por qué traduje ciertas cosas de determinada manera. Para los que os acerquéis aquí de buena fe, espero que vuestras dudas hayan quedado resueltas.
Aquellos que os hayáis acercado para confirmar vuestro prejuicios y peores temores, sin duda lo habéis hecho. No esperaba otra cosa.
Nos leemos.
NOTAS:
- Reglas muy relativas y laxas, lo sé bien. Me refiero a casos que se cumplen la mayor parte de las veces como que «ph» corresponde a «f» en castellano y cosas similares. ↩︎
- Igual que hace lo mismo con Asgard o Nemedia, por ejemplo. ↩︎
- Si a estas alturas alguien tiene la menor duda de que mi admiración por Howard o de que es uno de mis autores favoritos, me pregunto en qué universo ha estado viviendo los últimos siete años. Pero admirar a alguien no implicar aceptar de forma acrítica todo lo que es y lo que hace, para nada. ↩︎
- Como también la pasó a su amigo Lovecraft, en cuanto empezó a viajar y a conocer gente. ↩︎