El estudio de lo que se ha dado en llamar «el mapa de la vida» (Jatat Lijaya) es probablemente una de las ciencias menos conocidas y más llenas de misterios. Son muchos los que han arañado superficialmente el concepto y establecido empíricamente unas pocas normas de herencia y desarrollo, pero muy pocos se han atrevido a explorar de verdad el código molecular que define la vida, tal como la conocemos.

Se trata de un código que está en todas las células y que adopta la forma de un polímero de nucleótidos enroscado en espiral formado por un glúcido, una base nitrogenada y un grupo fosfato. La disposición secuencial de las bases nitrogenadas posibles a lo largo de la cadena es la que codifica la información vital, siguiendo un criterio de complementariedad.

Para describir de un modo simplificado el comportamiento y las posibilidades de la molécula polinucleótida se ha usado en ocasiones la metáfora del alfabeto que, con solo veintipocos símbolos, es capaz de crear las frases más complejas y albergar las ideas más elaboradas. De este modo, combinando las cinco posibles bases nitrogenadas en una secuencia concreta se obtienen las «instrucciones de fabricación» de todos los seres vivos de Duniya, desde el organismo más sencillo al más complejo.

El conocimiento superficial de la molécula polinucleótida es común en buena parte del mundo. Sin embargo, pocas son las culturas que han dedicado sus esfuerzos y recursos a su investigación. La excepción más notable es Yajim, cuyo control de la molécula de la vida en el momento inmediatamente anterior a la Esquirla era notable, según las crónicas de la época. Tras la Esquirla, Yajim se encierra dentro de sus fronteras (la cordillera que la separa del resto del continente y la creación del mar de Iratembe se lo ponen fácil) y poco más se sabe de ellos a partir de ese momento.

A la luz de lo ocurrido en tiempos recientes podemos deducir ciertas cosas, sin embargo. El acceso a la Viruta de la Esquirla les abrió a los científicos yajimaros un increíble abanico de posibilidades que no dudaron en aprovechar, si bien no sin dificultades.